sábado, 18 de julio de 2015

DESEO A TRAVÉS DE LA RED

Habían quedado a las cinco en un céntrico café de la ciudad. Llevaban meses y meses hablando; noche eternas desmigando sus vidas, sus vivencias, sus sueños, sus mas pervertidos deseos.
En una de esas noches, animados por la confianza que se había generado por haberse abierto mutuamente sus almas, decidieron dar el paso de ponerse cara y comprobar si la química que se palpaba en el chat, en la realidad era igual.

Habían decidido que se reconocerian, no solo por el físico, pues se habían mandado miles de fotos, sino porque ella llevaría un lazo rojo en el cuello y el en la muñeca.

Llego a la terraza del café y se sentó en una mesa en la que daba el sol suavemente. Pidió una coca cola con mucho hielo y se destino a esperar.
Las manos le sudaban.Estaba nerviosa pero debía tranquilizarse. Al fin y al cabo se conocían como si fuera de toda la vida.

De pronto, sus ojos dejaron de ver. Unas manos poderosas y de piel suave le cegaron.

-Te encontré. La verdad pensé que te rajarías, pero luego recordé tu orgullo y esto significaba un reto para el.-se rió a carcajadas
-Pues creíste mal!-le miro con ojos desafiantes llenos de fuerza e ira.

Se sentó al lado de ella y la miró. No podia apartar la mirada de esa tez pálida como la nieve, esos ojos verdes, ese pelo negro como el azabacha...era realmente perfecta a la vez que sencilla y dulce.
Una sonrisa del tamaño del universo terminaba por adornar ese bello rostro.

Sus manos temblaban. Puso las suyas encima para transmitirle la tranquilidad necesaria y que se relajase. Deseaba que ese encuentro fuera inolvidable, tanto para si mismo como para ella. Había costado muchas palabras llegar a ese punto, y no iba a dejar que se quedaran en agua de borrajas.
Poco a poco, ella fue soltando lastre y dejandose llevar por la conversación. Mil temas salieron a relucir y recordaron millones de anécdotas surgidas en todas esas noches en que la luna era su única compañera.

Sus miradas se cruzaron. Para ella, el mundo desapareció en ese justo momento. Sus ojos bajaban a su boca, observando libidinosos como de esos labios salia esa voz que la estaba hipnotizando.
El escondió su mano bajo la mesa, acariciando sutilmente con sus yemas sus muslos, erizando su piel y pervirtiendo su pensamiento.
El instinto le sugirió por un milisegundo alejar sus piernas de esas locuaces manos, pero el alma le decía otra cosa, y su sexo también.

Se dejo acariciar, manosear bajo ese mantel que ocultaba a la vez su vergüenza y secaba el sudor de sus manos. Poco a poco, los dedos fueron acercándose a la parte interior de sus muslos, provocando un excitante humedad. Sus pezones comenzaron a endurecerse y la camiseta le traicionó. Se ruborizó y el esbozó una pícara sonrisa. Ella también sonrió.
Sin apenas darse cuenta, un húmedo beso paseó por sus labios. Su lengua le buscaba. Si no hubieran estado en plena calle, se habría lanzado sobre el cual loba salvaje pero el pudor hizo que su cara esquivase mas besos.

-Nos vamos.
-¿A dónde?
-Vámonos.
Se levanto de la silla sin hacer mas preguntas y el le cogió de la mano arrastrándola para que siguiera el ritmo de sus pasos.

Estaba desconcertada. Desconocía que había pasado, a donde iban, que iba a pasar... pero sin saber porque, su mente le decía que se dejara llevar.

Caminaron unos diez minutos por las calles de la parte vieja de la ciudad. Había gente que se le quedaba mirando, pues daba la impresión de que estaba siendo forzada a hacer algo que no quería...nada mas lejos de la realidad.
Deseaba con todas sus fuerzas llegar a donde fuere y que la pasión y la perversión la guiasen.
El giró en un callejón estrecho y la lanzó contra la pared. Se puso frente a ella y le subió los brazos por encima de su cabeza sujetando sus muñecas con una mano.
Con la otra le arranco la camiseta y el sujetador y comenzo a sobarle los pechos y todo el cuerpo. Cuando su mano encontró su sexo, gimió. Le tiró del pelo a la vez que le mordía los labios y rozó su enorme falo contra su coño. La violencia de el en cada gesto, en cada caricia, hacia que cada vez estuviera mas excitada. Libero sus muñecas con una maniobra y fue directa a desabrochar su pantalón. Su polla erecta se alegró de tanta libertad y comenzo a acariciarle. El respondió con mordiscos en el cuello y en los pezones. Le subió la falda vaquera hasta la cintura y arranco su tanga de un solo gesto.
Piel con piel, sus sexos encontraron el punto justo de conexión. El la puso a horcajadas, embistiendola con salvajes mete y saca , mientras su coño le recibía con total devoción y lujuria.apoyo sus manos en los hombros de el, para poder controlar los cabezazos que se llevaba contra la pared en cada embestida.
Su polla latía dentro de ella, a velocidad abismal y ella aprovechaba para , con pequeñas contracciones, sentir mas fuertemente cada entrada y salida.
Se miraron, con los ojos vidriosos poseídos por el deseo carnal y animal....y sus gemidos se convirtieron en jadeos y gritos de placer. El le tapo la boca, impidiéndola emitir algún sonido mas mientras llenaba sus entrañas de toda su esencia y poder.



                                                                                                        nyx de Lady Foc

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